29 de febrero de 2012

Puño en alto

Queríamos ser libres. Corría el año 1968, año de Olimpiadas en México. Yo estuve allí por méritos propios, me lo gané a pulso después de combinar mi trabajo con los duros entrenamientos. Mis padres trabajaron en el algodón durante toda su vida y no querían lo mismo para mi, así que pude salir de los campos y entrar en la universidad, con uno de los pocos dones que Dios me dio, correr.

Y allí me encontraba yo, en la linea de salida, en una final olímpica, mi especialidad, los 200 metros lisos.
No hay nada mejor para ganar que saberse vencedor, convencerse de ello. Nada mejor que el silencio y la paz en uno mismo para no sentir los cientos de miles de personas del estadio.

Sonó el pistoletazo de salida, y como un rayo salí corriendo, no miré atrás hasta al final, corrí todo lo que pude y cuando decidí hacerlo vi que ya era ganador, alcé mis manos al aire y entré en la meta sonriente. Fue un momento de alegría exhausta, de felicidad, había ganado por méritos propios una medalla de oro de las olimpiadas. Tras de mi un chico austriaco y otro compatriota de color fue el tercero.

Creo que lo tenía preparado, yo me sabía ganador, mis camaradas sabían lo que yo y John ibamos a hacer, el mundo aún no lo sabía.

Nos dirijimos hacia el pedestal de los campeones, una vez allí mescalcé mis zapatillas deportivas, me puse un guante de cuero en mi mano derecha. Cuando sonaba el himno de mi país tanto John como yo alzamos nuestro puño al aire y agachamos la cabeza. Aquello fue el principio del fin y el final de un principio.

Ese gesto, me devolvió a Estados Unidos, me quitó la medalla que gané tan merecidamente, una vez en casa me despidieron de mi trabajo de limpia coches, me trataron como un delincuente mucho tiempo, he sido amenazado de muerte en varias ocasiones y tardé años en conseguir un trabajo y nunca volví a correr en un estadio.

Todos hicieron la lectura equivocada de mi gesto, nadie se paró a pensar que ir descalzo simbolizaba la pobreza que había en mi país, sobretodo en los Afro Americanos, la cabeza gacha era una oración de Paz y un grito a la libertad, el puño en alto la lucha por la igualdad.

Ese gesto fue cambiando el mundo poco a poco, hoy, hay un presidente de color en una casa blanca...



Esta historia está basada en hechos reales, he intentado explicarla tal y como sucedió, gracias a JARA por la frase de esta semana y Brian que me inspiró cuando le dejé un comentario en su blog.

5 comentarios:

  1. Una historia maravillosamente contada, desde la emoción y la realidad de ese momento. A veces tienen que pasar muchos años para que determinados gestos tengan sentido y den sus frutos. Pero el tiempo nos demuestra que valen la pena. Sólo hay que tener el valor de luchar por lo que uno cree. Me ha encantado tu relato.

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  2. Junto con la cara de hitler viendo el podio copado por tres atletas negros, este hecho que mencionas, tan bien narrado, fueron los dos que mas contenido aportaron al espíritu de libertad e igualdad de derechos que representaban los Juegos (hoy en día convertidos en una mercantil multinacional, aunque son las individualidades las que logran que ese puño siga en alto)
    Y aun el COI no ha vetado a los países en donde la mujer carece de la libertad de practicar deporte.
    Estamos en año olímpico, no es demagogia si digo que con el precio de unas zapatillas de un famoso deportista podrían calzarse a miles de deportistas que entrenan descalzos. No es que el COI pretenda, arregle los problemas del mundo, pero se vendió hace tiempo creyendo que así sobreviviría, y lo que hizo fue fomentar el profesionalismo.


    Ojalá que en Londres haya mas Tommie´s y hagan llegar a los millones de personas que veran los Juegos otro mensaje de rebelión.


    Tú ya lo has hecho. Un abrazo!

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  3. Me alegra que te hayas decidido a escribir y que la frase te haya inspirado esto. Ha sido un placer leerla. :)

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  4. No conocía este hecho en particular y me ha gustado conocerlo de esta manera.

    Un placer.

    @utopiadesuenyos

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  5. hoy lo me ha vuelto a ver y el sentido otra vez..

    otra vez..

    salud os

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